11 pasos para el éxito de los estudiantes: maneras de mejorar la eficiencia de su estudio
Publicado: 2022-05-14Al contrario de lo que siempre hemos pensado, un buen estudiante no solo se mide por sus evaluaciones y notas finales. Los buenos estudiantes son aquellos que sienten y desarrollan el gusto por aprender. Hacer preguntas constantemente y tener curiosidad por el mundo es una cualidad que, junto con una serie de hábitos de estudio, te permite lograr un rendimiento óptimo.
Muchos estudiantes a nivel mundial se sienten frustrados porque no logran los resultados académicos que esperan. A pesar del esfuerzo o el tiempo dedicado a estudiar, el problema puede estar en otra parte.
La realidad es que la mayoría de los estudiantes no tienen buenos hábitos de estudio y organización que les permitan estudiar de manera más eficiente. Por ello, este artículo se centrará en 11 claves que te permitirán potenciar al máximo tus habilidades de estudio.
1. Encuentra tu forma ideal de aprender
El primer consejo para ser un mejor estudiante es entender que no todos aprenden de la misma manera. Algunas personas entienden mejor una idea si la visualizan, la escriben o la escuchan. Además, no todos tenemos el mismo nivel de retención. Entonces, el primer paso es averiguar cómo entendemos el contenido más fácilmente.
Para comenzar esta investigación, trata de recordar qué técnicas te han facilitado el estudio, generando mejores resultados. Quizás algunas personas aprendan más elaborando diagramas o mediante imágenes. En ese caso, lo mejor es optar por resúmenes, mapas mentales, mapas conceptuales, colores, dibujos, etc. De esta manera, algún estímulo visual estará presente.
Por otro lado, si eres una persona más auditiva, puedes optar por grabarte o buscar videos sobre el tema que quieres aprender. A este tipo de persona también le puede resultar útil estudiar en grupo o explicar el contenido a otra persona.
2. Prepara un espacio de estudio adecuado
No importa cuán cómoda parezca tu cama o sofá, no es el mejor lugar para estudiar. Pasará mucho tiempo en una postura inadecuada y constantemente se sentirá somnoliento. Además, se ha demostrado que trabajar o estudiar en la cama puede provocar insomnio. La cama y el sofá son lugares de descanso, y si los asocias con la actividad, será más difícil reconectarlos con su propósito original.
Elija un lugar donde pueda sentirse cómodo pero no lo suficientemente cómodo como para distraerse con nada. Además, asegúrese de que sea ordenado y simple. Los lugares con demasiado desorden y demasiados estímulos pueden generarle ansiedad. "¿Cómo se supone que voy a escribir mis ensayos en este lío?" – este pensamiento te perseguirá todo el tiempo si eliges un lugar equivocado, así que ten cuidado con tu elección.
3. Mantenga sus dispositivos lo más lejos posible
Las personas son más productivas cuando no tienen acceso a su móvil o correo electrónico. Si pierdes la atención rápidamente y sientes la necesidad de mirar quién te ha escrito, lo mejor es que apagues el móvil. Mantenga su dispositivo en otra habitación o en una mochila para que la distracción sea más difícil.
Así sabrás que si quieres revisar tus redes tendrás que ir a buscarlo, encenderlo, etc. La idea es enviarle un mensaje a tu cerebro de que no perderás segundos revisando tu teléfono pero mucho más tiempo.
4. Organiza tus deberes y plazos
Ningún método de estudio funcionará si no mantienes tus tareas en orden. Incluso si encuentra la técnica perfecta, descubrirla el día antes de un examen resultará en muy poca preparación. Lo ideal es tener un calendario para anotar:
- Fechas de entrega de tareas.
- Exámenes finales
- Horarios de estudio por semana, llevando un registro de cuánto tiempo dedicas cada día a estudiar.
- Eventos extraordinarios que pueden influir en su estudio, por ejemplo, viajes, cumpleaños, reuniones familiares, etc.
Esta información lo ayudará a establecer metas y plazos diarios. La recompensa de este trabajo es que no estará abrumado ni trabajará bajo presión. Una vez que experimente los beneficios de salir adelante y mantener las cosas en orden, estará agradecido por todos los sacrificios de seguir un horario de estudio ordenado.

5. Comienza con las tareas más difíciles
Comienza tu día de estudio con las materias que te resulten más difíciles. Debes saber que los primeros momentos de estudio concentran tu mayor capacidad de atención. Después de unas horas, perderá la concentración. Lo ideal es aprovechar el momento en que tu mente está al 100% para resolver tareas complejas, dejando el resto de tu energía para las más fáciles.
6. Recompénsate por tu progreso
Más allá de sacar una buena nota para premiarte por tu esfuerzo, lo mejor que puedes hacer es reconocer tus logros. Una vez que completes tu horario de estudio, recompénsate al final del día. Esto puede ser a través de una actividad que disfrutes, un dulce, ver una película, etc. Además, recuerda que disfrutarás mucho más de la recompensa cuando hayas terminado tu trabajo que cuando te queden tareas pendientes.
7. Haz un repaso rápido antes de una clase
No subestimes el poder de 15 minutos de repaso antes de una clase. La noche antes de una clase, tómese el tiempo para leer un poco sobre lo que ha visto en los últimos días. Este pequeño repaso le permitirá entrar en clase con más interés y quizás algunos pensamientos para discutir.
Si llegas a clase sin recordar lo último que has visto, tu cerebro tendrá que trabajar el doble. Tendrá que hacer un esfuerzo para contextualizarse mientras el profesor explica nuevos contenidos.
8. Evita saltarte las clases
Una de las reglas de oro para ser un buen estudiante es asistir a clases. Si bien es cierto que hay imprevistos que te obligan a faltar a clases, trata de asistir a todas las que puedas. Recuerda que si faltas a una clase, debes encontrar a alguien que haya tomado apuntes, copiarlos, leerlos, comprenderlos por tu cuenta y finalmente estudiarlos para el examen.
Cuando asistes a clases presenciales, te ahorras muchos de estos pasos. Una cualidad que determina cómo ser un buen estudiante es aprovechar al máximo el tiempo de clase. Presta mucha atención, toma notas y aclara las dudas que te surjan. Si prestas atención a la clase cuando estudias, verás que el contenido es muy familiar y solo tienes que repasarlo.
9. Toma descansos mientras estudias
Es importante tomar breves descansos durante un día de estudio para refrescar sus pensamientos. Lo ideal es tomar un máximo de 5 minutos entre cada hora de estudio. Estos breves descansos te ayudarán a sentarte y reflexionar sobre la información que estás recibiendo. Sin embargo, descansar no significa conectarse a las redes sociales sino desconectarse de todo esfuerzo mental.
Durante estos períodos, puede comer un refrigerio, beber agua, estirar los músculos, etc. Si el tema es complicado, intente programar el descanso en un momento en que haya terminado el ejercicio o la lección. No es recomendable tomarse un respiro en medio de un asunto no resuelto.
10. Duerma bien por la noche
Cuando estudiamos, a menudo pensamos que tenemos más tiempo del que está disponible. Cuando nos damos cuenta de que no lo estamos haciendo tan bien como esperábamos, sacrificamos horas de sueño. Permanecer despierto antes de un examen final o de una prueba de alta complejidad es uno de los hábitos más comunes entre los estudiantes. Sin embargo, es innecesario y perjudicial para ser un buen estudiante.
El descanso es tan importante como el estudio porque es cuando el cuerpo y la mente procesan las ideas aprendidas. Además, durante el sueño recuperas la energía que necesitarás a la mañana siguiente para concentrarte y acceder a la información. Lo mejor es dormir al menos 8 horas para que tu cuerpo descanse lo suficiente.
11. Si tienes una pregunta, ¡no te la guardes!
Muchas veces evitamos hacer preguntas al profesor por vergüenza o porque pensamos que es una duda sin sentido. Sin embargo, si te abstienes de preguntar, restringes tu curiosidad por aprender. Llegará un momento en que dejarás de hacer preguntas porque no resolverás ninguna, y ahí es cuando dejarás de ser un buen estudiante.
Cuando surja una duda, pregúntale al profesor, ya que navegar por Internet no siempre es fiable. Además, recuerda que se trata de personas que trabajan para enseñar a los demás. Si dominas perfectamente el contenido, no necesitarás un profesor. Piensa que aclarar tus dudas te libera del estrés de lidiar con contenidos que no entiendes y de perder más tiempo a la hora de prepararte para el examen.