Cómo evitar criar a un zombi de pantalla

Publicado: 2021-08-13

Cuando su hijo era pequeño, se iluminaban alrededor de bloques de colores, animales de peluche y otros juguetes. Incluso el objeto más simple puede haberles traído alegría. Sin embargo, antes de que te des cuenta, tu hijo se graduará de las brillantes herramientas de plástico de gran tamaño que se encuentran en el pasillo de los juguetes. Pronto, pedirán un dispositivo de pantalla real propio.

¿Estás preparado para cuando llegue ese día? Es una gran transición para todos los miembros de su familia. Entonces, antes de comenzar a buscar la última tecnología, considere cómo abordará el uso seguro y responsable de la pantalla con su hijo.

Su experiencia con su primer teléfono palidece en comparación con lo que experimentan los niños de hoy cuando obtienen su primer dispositivo. Los teléfonos para niños han dejado de ser un medio de comunicación de emergencia, han pasado a ser símbolos de estado y ahora son parte integral de la vida diaria. Lo mismo ocurre con otros dispositivos como tabletas. Hoy en día, pocos niños no tienen un dispositivo inteligente.

A medida que surge una primera economía digital, e incluso las escuelas adoptan el aprendizaje basado en la tecnología, la introducción de la tecnología es fundamental para el desarrollo de su hijo. Pero sin una planificación cuidadosa y una enseñanza consciente, corre el riesgo de convertir a su hijo en un adicto a la pantalla poco saludable.

Sin embargo, hay varias formas de encaminar a su hijo hacia el uso responsable de la tecnología. Como beneficio adicional, tendrá la tranquilidad de saber que se mantienen a salvo y desarrollan límites críticos en torno a la vida tecnológica.

1. Establecer expectativas en torno a la tecnología

Si está hablando de pantallas con sus hijos, lo más probable es que hayan estado pidiendo una. Reserve tiempo una noche cuando las cosas estén tranquilas y abra el foro para una discusión sobre los dispositivos. Comience preguntándole a su hijo qué espera ganar al tener un dispositivo propio. Déles suficiente tiempo para responder. Incluso si pueden estar compartiendo esperanzas con las que no estás de acuerdo, resiste la tentación de intervenir.

Permita que su hijo exprese sus sentimientos, comparta su entusiasmo y se abra a usted. Darles la oportunidad de hablar genera confianza. Permitirles hablar primero puede mejorar qué tan bien te escuchan. Practique la escucha activa y anímelos a elaborar sobre lo que están pensando.

Si están entusiasmados con las redes sociales, pregúnteles qué les parece divertido. Incluso si la idea de que sus hijos se conecten a Internet lo pone nervioso, mantenga la calma. Poner un muro tan temprano en la discusión puede resultar en una discusión innecesaria.

Una vez que cada uno haya tenido tiempo para hablar, concéntrese en lo que es realista. Cada niño, padre y situación son únicos, y su plan de gestión de pantallas también lo será. Discuta cómo se les permitirá usar su dispositivo si hay límites de tiempo de pantalla y más. Asegúrese de que nada en la discusión esté fuera de los límites para que pueda crear pautas claras. Si no entienden una regla, les resultará difícil seguirla.

2. Déjalos ir

Así es. Déjalos ir. Una vez que haya establecido sus expectativas y su hijo las haya aceptado, depende de usted confiar en ellas.

Por supuesto, poseer un dispositivo les da una idea de la libertad, por lo que pueden decidir probar los límites. Vigile de cerca el comportamiento de sus dispositivos sin molestarlos. Si los ve desviarse, déles un recordatorio amable y la oportunidad de corregir el rumbo.

¿Ha aceptado que su hijo comparta sus datos y los informes de tiempo de pantalla con usted? Acostúmbrese a revisar sus informes semanalmente. De esta manera, tu hijo obtendrá un poco de autonomía, pero te mantendrás al tanto de lo que sucede. Además, tendrá la tranquilidad de saber que no están acurrucados frente a su pantalla más de lo acordado.

Si le preocupa que estén en su límite, pregúnteles casualmente dónde están en su uso. Permitirles autoinformarse puede generar más confianza y alentarlos a compartir los deslices antes de que se conviertan en un problema.

3. Modele el buen uso de la tecnología

Les guste o no, los niños modelan lo que ven. Entonces, si su teléfono está prácticamente atado a su mano, puede ser hora de reevaluar sus comportamientos. Si bien muchos adultos usan sus teléfonos inteligentes como extensiones de su trabajo, tenga en cuenta cómo se ve esto para su hijo. Asegúrese de dejar el teléfono a un lado para pasar tiempo juntos, de modo que entiendan que la interacción en persona es importante.

Decide a qué horas del día o durante qué actividades no quieres que tu hijo aparezca en sus pantallas. El desayuno y la cena pueden ser buenas comidas para evitar el tiempo frente a la pantalla y poder pasar tiempo en familia todos los días. Durante esas comidas, considere poner su teléfono en otra habitación. Haga que su hijo haga lo mismo. Esta forma de modelado los ayudará ahora y los conducirá a hábitos más saludables más adelante.

Aunque no estás sujeto a las mismas reglas, los niños notarán si tu rostro está bañado en luz azul. Puede haber algunas ocasiones en las que tengas que romper tus propias reglas sobre no responder correos electrónicos a la hora de la cena. Aproveche esa oportunidad para explicar lo que está haciendo y vea si puede mitigar su uso la próxima vez. Esta práctica puede tener el beneficio adicional de enseñarle a su hijo cómo puede autocorregirse.

4. Mantenga los registros informales

Usar las pautas y reglas que ha establecido como un punto de control natural es excelente. Sin embargo, eso solo puede cubrir datos específicos. Es posible que no le brinde información sobre su hijo y su vida. Así que tenga conversaciones que se centren en su vida en tecnología, en lugar de solo en los números.

Por ejemplo, es posible que desee obtener más información sobre sus experiencias en las redes sociales. O tal vez quieras saber si están usando su teléfono durante el almuerzo, en lugar de socializar con otros. Pase lo que pase, desea evitar que el registro se sienta como un interrogatorio. Para ello, inicia la conversación hablando de ti mismo.

¿Viste una noticia interesante en tu aplicación de noticias? ¿Ver un video divertido? Tal vez el chat de su grupo familiar comenzó a hablar sobre la próxima reunión navideña. Comparta lo que su teléfono o dispositivo le ha ayudado a lograr y anime al resto de la familia a participar.

Si necesita abordar el uso excesivo de tecnología, mantenga un tono tranquilo. Cuando se enfrentan a voces elevadas y miradas severas, las respuestas de huida o lucha de los niños se activan y es poco probable que escuchen. En su lugar, mantenga el tono conversacional y pregúnteles cómo creen que pueden hacerlo mejor.

Cuando el uso del dispositivo está bajo control, puede ser revelador escuchar desde la perspectiva de su hijo. Justo cuando su hijo esté llegando a la edad de las respuestas de una sola palabra, tendrá una nueva forma de involucrarlo.

La tecnología es una herramienta que, cuando se usa con prudencia, puede tener grandes beneficios, incluso entre los usuarios más jóvenes. Con un plan sólido basado en la confianza, puede evitar levantar un zombi en la pantalla. Mejor aún, los ayudará a desarrollar hábitos tecnológicos saludables para toda la vida.

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