Navegando por el futuro: la visión de Jingyi Zhang para la interacción entre humanos y vehículos autónomos

Publicado: 2024-02-02

A la vanguardia de la revolución tecnológica, Jingyi Zhang se erige como un modelo de innovación en el sector de los vehículos autónomos (AV). Durante más de una década, su trabajo pionero ha sido fundamental para unir la compleja interacción entre los seres humanos y la tecnología de conducción autónoma, remodelando nuestro futuro panorama del transporte. Zhang se ha convertido en una pieza clave en el desarrollo y validación de la experiencia del usuario para vehículos autónomos. Equipada con una Maestría en Ingeniería Industrial e Investigación de Operaciones, con especialización en Ingeniería de Factores Humanos, tiene un conocimiento experto del amplio campo de la seguridad en el transporte, debido en gran parte a sus importantes contribuciones a la industria.

Con siete patentes en su haber y una prolífica gama de siete artículos publicados, Zhang ha marcado decisivamente su territorio en los ámbitos de la interacción AV hombre-máquina y la seguridad del transporte. Sus reconocidas patentes, que han sido asignadas en particular a Nissan Norteamérica, desempeñan un papel fundamental en la integración de tecnologías avanzadas en la próxima generación de automóviles autónomos de Nissan. Su estatus como experta en seguridad AV, junto con su dedicación a perfeccionar las interacciones AV con diversos usuarios de la carretera, fortalece el camino hacia una mayor aceptación y confianza de los AV en la sociedad. Tras siete años dedicados a mejorar esta relación externa entre vehículos autónomos, peatones y ciclistas, los conocimientos de Zhang tienen el potencial de impulsar la industria a nuevas alturas.

De la academia a la industria: el enfoque centrado en el ser humano de Zhang

La carrera de Jingyi Zhang es un testimonio de su compromiso de mejorar la interacción entre los humanos y la tecnología de vehículos autónomos. Al reflexionar sobre su ascenso dentro del campo, Zhang ofrece una mirada íntima a las fuerzas que dieron forma a su búsqueda profesional. “Desde el principio, vi la necesidad de humanizar la tecnología, de incorporar en ella una comprensión de las personas a las que sirve”, nos dice con fervor por su causa. Ella cree que el avance de la tecnología debe ir de la mano con la adaptabilidad y la comodidad de sus usuarios, algo que ha trasladado desde el mundo académico hasta su influyente papel en la industria de los vehículos autónomos.

A su transición de la investigación académica a la aplicación de factores humanos en vehículos autónomos se le atribuye haber dado forma al enfoque empático y centrado en el usuario de su carrera. "Mi misión se convirtió en cerrar la brecha entre los marcos teóricos y el mundo tangible, asegurando que nuestros avances sigan el ritmo de las complejidades del comportamiento humano", revela Zhang. Ella describe su viaje como una combinación de evolución personal y desarrollo profesional, en la que cada paso adelante se encontró con desafíos que impulsaron aún más su dedicación a la causa. “Cada obstáculo encontrado fue una oportunidad para aprender más sobre la armonía que puede existir entre persona y producto”.

Al relatar los hitos importantes que definen su camino, Zhang no minimiza la complejidad de forjar una carrera en la intersección de factores humanos y tecnología autónoma. Su enfoque, que articula con claridad, implica una profunda comprensión de que “la tecnología más sofisticada es aquella que puede adaptarse, aprender y, lo más importante, anticipar las necesidades humanas”. A través de su historia, Zhang no solo relata las experiencias que forjaron su lugar en la industria, sino que también expone su visión de un futuro en el que los vehículos no sean sólo autónomos, sino perceptivos y agradables. "En el centro de mi trabajo está el deseo de crear sistemas en los que las personas puedan confiar con tanta naturalidad como lo harían con cualquier otro ser humano", afirma Zhang, revelando la filosofía afable detrás de sus logros profesionales.

La esencia de los factores humanos en la integración AV.

Al acumular un amplio conocimiento y experiencia práctica, Jingyi Zhang define los elementos fundamentales de la ingeniería de factores humanos que son fundamentales para la asimilación perfecta de los vehículos autónomos. "La esencia de la integración de los vehículos autónomos en nuestra sociedad reside en la trifecta de intuición, previsibilidad y transparencia de las operaciones del vehículo", afirma. Para Zhang, garantizar que las personas puedan anticipar y comprender el comportamiento de un AV es fundamental para fomentar una transición más segura hacia un futuro autónomo. Es esta comprensión la que da forma a su investigación y soluciones en la industria de los vehículos autónomos: una búsqueda de una simbiosis intuitiva entre humanos y máquinas.

El enfoque de Zhang se extiende a los sistemas sociotécnicos con los que interactúa la tecnología AV. Esto implica considerar las respuestas psicológicas y conductuales de los individuos a los vehículos autónomos, presentando una gran cantidad de datos fundamentales para la evolución de los diseños centrados en el ser humano. "No solo estamos diseñando vehículos, estamos diseñando confianza", afirma audazmente Zhang, enfatizando que la creación de confianza se extiende más allá de los límites del vehículo en sí para abarcar la totalidad del ecosistema de la carretera. Al hacer de los factores humanos un componente central del desarrollo AV, Zhang traspasa los límites de lo que es posible para lograr relaciones armoniosas entre humanos y vehículos.

Abordar los desafíos de la interacción hombre-máquina

La búsqueda para integrar los vehículos autónomos en el tejido diario de nuestras vidas se ve subrayada por una multitud de desafíos, sobre todo en el ámbito de la interacción hombre-máquina. Jingyi Zhang ha dedicado gran parte de su carrera a desentrañar y abordar estas complejidades. "Estamos creando un nuevo léxico que los vehículos y los humanos pueden compartir, un diálogo que alivia la carga cognitiva y mejora la colaboración", describe Zhang. Ella considera que el lenguaje de interacción en evolución es un aspecto crítico de su trabajo, que exige tanto la finura de la comunicación humana como la consistencia infalible de la producción de la máquina.

Sus patentes son en gran medida un testimonio de esta creencia y ofrecen soluciones que reducen considerablemente la curva de aprendizaje de los usuarios que interactúan con la tecnología autónoma. “El uso intuitivo de los AV no es sólo una comodidad, es una necesidad. Mis esfuerzos siempre se han centrado en crear sistemas que requieran un esfuerzo mínimo por parte del usuario para comprenderlos e interactuar con ellos”, declara Zhang. Esta filosofía sustenta su enfoque ante cada desafío; Es fundamental garantizar que la tecnología hable un idioma que todos podamos comprender intuitivamente. “Es una calle de doble sentido; Por mucho que los usuarios necesiten confiar en la toma de decisiones del vehículo, el vehículo también debe estar diseñado para presentar su 'proceso de pensamiento' de una manera que inspire esa confianza”, explica.

Los inventos de Zhang sirven como un puente que une el determinismo binario de la lógica de las máquinas con el razonamiento fluido de la cognición humana. Ella explica: “Cuando un AV indica que ha reconocido a un peatón o ciclista y demuestra que comprende el derecho de paso, no está simplemente realizando una función; está comunicando su conciencia a una contraparte humana”. Al inculcar tales niveles de sofisticación interactiva en los vehículos autónomos, su objetivo es disminuir la aprensión y generar confianza en el usuario. "Se trata de transparencia y previsibilidad", enfatiza Zhang, "que son las piedras angulares para crear una relación simbiótica en la que los humanos puedan coexistir e incluso beneficiarse de la presencia de vehículos autónomos en sus vidas".

Dinámica de interacción externa y experiencia de usuario.

La intrincada red de interacciones entre los vehículos autónomos y el ecosistema más amplio de usuarios de la carretera es un punto central del trabajo de Jingyi Zhang. “Nuestras calles son un ballet de movimiento, y la introducción de vehículos autónomos en esta combinación requiere una coreografía que todos (peatones, ciclistas, conductores) entiendan”, articula Zhang con una visión clara de la complejidad que debe sortear su trabajo. Sus conocimientos sobre esta danza interactiva surgen del deseo no solo de proteger a todos los participantes sino también de enriquecer la experiencia comunitaria del transporte.

Navegar por la dinámica externa de la interacción audiovisual no es una tarea que Zhang se tome a la ligera. “Cada variable, cada movimiento imprevisto del tráfico, es una pregunta planteada al sistema autónomo, que debe responder con las respuestas correctas, respuestas que salvaguarden y tranquilicen”, explica. La investigación de Zhang deconstruye metódicamente las capas de esta interacción, buscando construir un vocabulario de comportamientos AV que resuenan con los instintos humanos y las convenciones sociales. “La comunicación en la carretera se trata tanto de señales y carteles como de acuerdos tácitos; un vehículo autónomo debe ser capaz de hacer ambas cosas”, insiste.

Según Zhang, la capacidad del AV para comunicarse de forma natural y eficaz con quienes están dentro y fuera del vehículo es fundamental. “No sólo queremos que nuestros vehículos autónomos sean vistos como seguros; deben ser percibidos como miembros empáticos de la comunidad que comprenden las reglas de tránsito compartidas”, afirma. Este sentido de interacción comunitaria (la capacidad del AV para interpretar y responder a expectativas no expresadas) sustenta su filosofía para la interacción externa entre humanos y vehículos. “Se trata de crear no sólo seguridad sino también afinidad”, transmite Zhang con convicción. "La mejor experiencia de usuario es aquella en la que la tecnología se vuelve discreta, casi intuitiva, como un hábito social arraigado". Zhang cree firmemente en la empatía sistemática, donde la tecnología y la humanidad convergen para crear un entorno vial seguro y armonioso.

Las interacciones vehículo-usuario como clave para la confianza pública

La aceptación pública está irrefutablemente entrelazada con el destino de los vehículos autónomos en nuestras carreteras. Zhang propone desarrollar interacciones entre vehículos y usuarios que no sólo satisfagan las necesidades funcionales sino que también cultiven la confianza social. "Para una adopción generalizada, los vehículos autónomos deben ser percibidos no sólo como maravillas tecnológicas sino como socios confiables", argumenta. Mejorar estas interacciones va más allá de la seguridad; se apoya en gran medida en la aceptación psicológica y la comodidad con la presencia de AV en la vida diaria.

La perspectiva de Zhang es que se debe abordar la necesidad humana fundamental de control y comprensión para disipar la aprensión que rodea a la tecnología AV. “Cuando las personas se sienten involucradas e informadas, la confianza se desarrolla naturalmente. Por lo tanto, las interfaces de usuario y la comunicación externa del vehículo deben diseñarse para que sean lo más humanas posible”, sugiere Zhang. La incorporación de señales y mecanismos de retroalimentación similares a los humanos en los diseños audiovisuales, como se refleja en sus patentes, conduce a un proceso de adopción más matizado en el que la confianza del público crece junto con la tecnología.

Innovaciones para una comunicación fluida

Cuando se trata de fomentar un entendimiento entre los vehículos autónomos y los no ocupantes, como peatones y ciclistas, Jingyi Zhang ha defendido innovaciones clave que reflejan su profundo conocimiento de los matices involucrados. Sus patentes en este campo no son meros logros tecnológicos sino más bien la encarnación de su compromiso de crear interacciones armoniosas en la carretera. “Uno de mis principales inventos reinventa cómo un vehículo autónomo puede interactuar con un peatón a punto de cruzar la calle. Desarrollamos un sistema que comunica intuitivamente la intención del vehículo”, describe Zhang, subrayando su iniciativa de desmitificar las decisiones AV para quienes van a pie o sobre dos ruedas.

“El verdadero avance aquí”, continúa Zhang, “está en el uso de un lenguaje visual universal que casi parece natural. Buscamos una comprensión inmediata, con el objetivo de eliminar por completo las conjeturas de las interacciones entre humanos y AV”. Zhang imagina sus inventos como puentes que disipen los miedos y las incertidumbres que rodean el despliegue de los vehículos autónomos en los espacios públicos. “Imagínese un vehículo autónomo que, al llegar a un cruce de peatones, cambia sutilmente su iluminación para señalar sus propias acciones, como detenerse ante un peatón. Luego, una vez que el peatón le indica al vehículo que avance, éste acelera lentamente. Esto representa el tipo de comunicación receptiva y consciente de sí misma que pretendo desarrollar”, explica con orgullo.

Al integrar señales similares a las humanas en el diseño de estos sistemas, el objetivo de Zhang es cultivar un entorno de tráfico más predecible y seguro donde cada usuario de la vía pueda navegar con confianza. "Mi objetivo es refinar estas interacciones hasta que sean tan fluidas y reflexivas como cualquier intercambio humano natural", comparte Zhang, con su entusiasmo palpable. Su compromiso de perfeccionar este diálogo entre el hombre y la máquina personifica una nueva frontera en la tecnología audiovisual, donde la claridad y la empatía impulsan la innovación. "Los inventos en los que estamos trabajando son más que simples protocolos: tratan de fomentar una relación entre la tecnología y la sociedad", afirma, imaginando un mundo donde sus contribuciones a la comunicación fluida sientan las bases para una nueva era del transporte.

Perspectivas de la investigación sobre las interacciones AV hombre-máquina

Al profundizar en su extensa investigación, Jingyi Zhang destaca los descubrimientos esclarecedores que han surgido de sus exploraciones sobre las interacciones AV hombre-máquina y la seguridad del transporte. Los sorprendentes hallazgos que comparte subrayan la complejidad de alinear las expectativas humanas con los sistemas autónomos. "Una de las ideas inesperadas fue la disparidad en cómo los diferentes grupos demográficos perciben los mismos comportamientos AV", revela Zhang, ilustrando los diversos puntos de vista que deben considerarse en el desarrollo AV.

Esta diversidad de percepciones exige un enfoque personalizado para el diseño de la experiencia del usuario, considerando las diferencias culturales, generacionales e individuales. La investigación de Zhang aboga por un marco inclusivo que pueda adaptarse a diferentes lentes interpretativos, garantizando así que la experiencia AV sea accesible y confiable para todos los usuarios. Estas revelaciones subrayan la necesidad de un diálogo y una adaptación continuos, lo que demuestra que el campo de la tecnología audiovisual es tan dinámicamente humano como mecánico.

Dando forma a la interacción del mañana

Mirando hacia el horizonte, Jingyi Zhang presenta su visión del futuro de la interacción humana con los vehículos autónomos. Contempla la progresiva fusión de la tecnología y la vida cotidiana y predice que a medida que los vehículos autónomos se vuelvan más frecuentes, los matices de la interacción humana evolucionarán a la par. "El objetivo es llegar a un punto en el que los vehículos autónomos sean percibidos no como meros vehículos, sino como compañeros inteligentes y perceptivos en nuestros viajes", afirma Zhang, imaginando una profunda transformación en nuestros paradigmas de transporte.

En este escenario futuro, Zhang se ve a sí misma continuando influyendo en el tejido de esta evolución, imbuyendo la trayectoria de los vehículos autónomos con su experiencia, creatividad y previsión. “Estamos en la cúspide de un cambio monumental en la forma en que nos movemos y coexistimos con las máquinas. Mi objetivo es facilitar una transición que sea tan fluida como revolucionaria, colocando el bienestar humano en el centro de nuestros avances”, concluye. El viaje de Jingyi Zhang no se trata sólo de avances tecnológicos, sino también de forjar un futuro armonioso donde los vehículos autónomos y los humanos coexistan a la perfección. Su dedicación a la ingeniería y la seguridad centradas en las personas dejará una marca indeleble en el mundo del transporte, guiándonos hacia un futuro más interconectado y empático.

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