Las cinco estrategias principales para priorizar la salud mental de las mujeres cuidadoras

Publicado: 2024-04-27

Un estudio reciente revela que no sólo son hasta el 81% de los cuidadores mujeres sino que además dedican un 50% más de tiempo voluntario a cuidar que los hombres. Incluso las esposas que trabajan a tiempo completo dedican un 40% más de tiempo a cuidar que sus parejas masculinas.

Asha Tarry es una reconocida psicoterapeuta y fundadora de Care for Caregivers, que a menudo ve a mujeres cuidadoras descuidando su propio bienestar mental al asumir la función de cuidadoras. Aquí, ofrece cinco estrategias que les permiten priorizar su salud mental para brindar la mejor atención posible.

1. Las mujeres cuidadoras buscan apoyo

Según Tarry, si las mujeres esperan recorrer el camino del cuidado con resiliencia, deben aprender a encontrar recursos y apoyo. Conectarse con cuidadores que comparten experiencias similares puede proporcionar una red de apoyo invaluable. Unirse a grupos de apoyo puede ofrecer un espacio seguro para desahogarse, buscar consejo, compartir experiencias y encontrar consuelo en la comprensión y la empatía de los demás.

"Varias plataformas en línea y organizaciones comunitarias locales ofrecen grupos de apoyo para cuidadores a los que se puede acceder desde la comodidad de su hogar o dentro de su área geográfica", dice Tarry. "Participar en estos grupos no solo brinda apoyo emocional, sino que también le permite obtener conocimientos valiosos y estrategias de afrontamiento".

En esta era digital, las plataformas, sitios web y foros en línea ofrecen una gran cantidad de información sobre técnicas de cuidado, prácticas de autocuidado y recursos comunitarios. Las mujeres pueden acceder a plataformas en línea que proporcionan un directorio de especialistas para personas mayores, como servicios de asistencia domiciliaria o enfermeras visitantes, podólogos y geriatras. Al utilizarlos, las mujeres cuidadoras pueden acceder a una amplia red de conocimientos, recopilar consejos prácticos y encontrar empatía en una comunidad global de cuidadores.

El apoyo profesional también puede ayudar a las mujeres cuidadoras a afrontar las complejidades de su función. Estos incluyen profesionales que pueden asesorar a los clientes sobre asuntos legales, como quienes toman decisiones de atención médica para el poder notarial de su ser querido, un testamento vital o un fideicomiso que protege los bienes de sus seres queridos mientras reciben atención y después de que expiren. Cuando las mujeres consultan con profesionales de la salud, incluidos terapeutas y consejeros especializados en cuidados, obtienen una perspectiva objetiva y herramientas prácticas para afrontar los aspectos exigentes y emocionalmente desafiantes de su proceso de cuidado.

2. Las mujeres cuidadoras practican el autocuidado realizando micropasos y dándose más tiempo para completarlos.

Cuidar a los demás puede ser abrumador, especialmente para las mujeres cuidadoras que a menudo hacen malabarismos con múltiples responsabilidades, como trabajar a tiempo completo y tener hijos pequeños. Las mujeres necesitan apoyo en todos los niveles, incluido un respiro del cuidado, personas que las ayuden con cosas prácticas como hacer la compra o acompañarlas a ellas o a sus seres queridos a las citas, y controlar su salud emocional.

Las mujeres también necesitan ayuda de personas que puedan ayudarlas a encontrar recursos a los que acceder fácilmente sin tener que hacer todo el trabajo preliminar, como hacer llamadas telefónicas a proveedores, programar citas médicas y encontrar tiempo para el placer, lo cual es un impulso para su bienestar mental. . Al cuidar de sí mismas, las mujeres pueden asegurarse de tener la resistencia física, emocional y mental para cuidar eficazmente a sus seres queridos.

Uno de los aspectos más importantes del autocuidado es priorizar la salud física. Las mujeres no sólo deben mantener tareas como asistir a controles médicos periódicos, llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio con regularidad y dormir lo suficiente, sino también dividirlas en micropasos. De esta manera, pueden pedir ayuda para crear una breve lista de tareas y encontrar recompensas psicológicas, como una tabla de sentimientos para usar en casa cuando hayan completado una de sus metas del mes.

"Puede resultar difícil encontrar tiempo para estas actividades", comenta Tarry, "pero recuerde que al invertir en su salud, en última instancia, mejora su capacidad para cuidar de los demás".

Tarry también aconseja a las mujeres cuidadoras que dediquen tiempo a actividades que les brinden alegría y satisfacción diaria. Ya sea leyendo un libro, practicando un pasatiempo, escuchando música o pasando tiempo en la naturaleza, deben implementar actividades que los rejuvenezcan y fomenten sus pasiones.

Las mujeres cuidadoras deben programar descansos regulares y utilizar el tiempo para relajarse, recargar energías y realizar actividades que las ayuden a descansar. Tomar descansos beneficia el bienestar general y permite a los cuidadores estar más presentes y ser más eficaces cuando reanudan sus responsabilidades de cuidado.

3. Las mujeres cuidadoras establecen límites realistas y son firmes cuando es necesario

Sin límites claros, las responsabilidades y exigencias del cuidado pueden volverse rápidamente abrumadoras y afectar la salud física y mental de las mujeres.

"Conocer tus límites es el primer paso para establecer límites efectivos", señala Tarry. “Reflexiona sobre tus capacidades físicas, emocionales y mentales. Hágase preguntas como: ¿Cuál es el bloque de tiempo que puedo crear hoy para lavar la ropa, hacer las compras o preparar las comidas? ¿Qué tareas puedo realizar cómodamente? Identificar tus límites te permitirá establecer límites realistas y alcanzables”.

La comunicación eficaz es vital a la hora de establecer límites, razón por la cual las mujeres cuidadoras deben hablar abiertamente con las personas que reciben cuidados, otros miembros de la familia y su red de apoyo. Establecer este diálogo abierto ayuda a crear un entorno de apoyo donde todos comprenden y respetan los límites de los demás.

Aprender a decir no es una habilidad crucial para cualquier cuidador. "Si bien la empatía y la compasión son cualidades esenciales, recuerde que está bien rechazar solicitudes cuando excedan sus capacidades o interfieran con su bienestar", dice Tarry. "Priorice sus propias necesidades y sea asertivo al establecer límites para evitar el agotamiento del cuidador".

4. Las mujeres cuidadoras practican la respiración profunda como forma de manejo del estrés.

Debido a que brindar cuidados puede ser increíblemente estresante, las mujeres cuidadoras necesitan desarrollar mecanismos de afrontamiento para manejar y reducir el estrés. Las técnicas de manejo del estrés, como ejercicios de respiración profunda, llevar un diario o hacer ejercicio, a menudo ayudan a las mujeres a mantenerse tranquilas y centradas.

Se ha demostrado que el ejercicio reduce los niveles de estrés, mejora el estado de ánimo y mejora la salud en general. Incluso una caminata corta o una sesión de yoga pueden reducir significativamente los niveles de estrés y aumentar la energía.

Las prácticas de meditación y atención plena también pueden ser técnicas efectivas para controlar el estrés. Permiten a las mujeres cuidadoras concentrarse en el momento presente, reducir los pensamientos de ansiedad y sentirse castigadas.

5. Las mujeres cuidadoras aprenden a pedir apoyo y a ser honestas consigo mismas acerca de quién en su red puede brindárselo.

Las mujeres a menudo sienten la necesidad de ser fuertes y autosuficientes en sus funciones de cuidado. Algunos perciben que pedir ayuda es un signo de insuficiencia. Otros se preocupan por cargar a otros con sus responsabilidades, temiendo que sus demandas sean demasiado para las personas que los rodean.

“Reconozca que no puede hacerlo solo”, aconseja Tarry. “Reconoce tus limitaciones y comprende que pedir ayuda no te hace menos capaz. Acepta que tender la mano es un signo de fuerza, sabiduría y autoconciencia”.

Las mujeres cuidadoras pueden comenzar enumerando a familiares, amigos, vecinos u organizaciones de apoyo comunitario que podrían ayudar con las tareas de cuidado. Pueden identificar las habilidades, la disponibilidad y la voluntad de ayudar de cada persona. A continuación, deben comunicar claramente en qué tareas necesitan ayuda y cómo pueden contribuir otros.

"Comparta su lista de tareas, permitiendo que otros elijan áreas en las que se sientan cómodos ayudando", explica Tarry. “Cree un horario o un calendario compartido para asegurarse de que todos estén en sintonía. Al pedir ayuda, sea asertivo, honesto y directo acerca de sus necesidades. Articule claramente los desafíos que enfrenta y el impacto que tienen en su bienestar, y luego explique cómo su asistencia puede marcar una diferencia significativa”.

Dar prioridad a la salud mental buscando apoyo, practicando el autocuidado, estableciendo límites, manejando el estrés y pidiendo ayuda es crucial para las mujeres cuidadoras. Como explica Tarry, cuidar su bienestar mental no es egoísta. Más bien, es necesario para una prestación de cuidados sostenible.