Lo que los niños estadounidenses pueden aprender de los robots sociales
Publicado: 2024-01-21¿Cómo te sentirías si un robot le enseñara a tu hijo? Se han introducido en las aulas de todo el mundo robots sociales (robots que pueden hablar, imitar y responder a las emociones humanas).
Los investigadores los han utilizado para leer cuentos a estudiantes de preescolar en Singapur, ayudar a niños de 12 años en Irán a aprender inglés, mejorar la escritura a mano entre niños pequeños en Suiza y enseñar a estudiantes con autismo en Inglaterra una distancia física adecuada durante las interacciones sociales.
Algunos expertos creen que estos robots podrían llegar a ser “tan comunes como el papel, las pizarras y las tabletas” en las escuelas.
Debido a que los robots sociales tienen un cuerpo, los humanos reaccionamos ante ellos de manera diferente a como lo hacemos ante una pantalla de computadora. Los estudios han demostrado que los niños pequeños a veces aceptan robots sociales como compañeros.
Por ejemplo, en el estudio de escritura a mano, un niño de 5 años continuó enviando cartas al robot meses después de que finalizaran las interacciones.
Como profesor de educación, estudio las diferentes formas en que los docentes de todo el mundo hacen su trabajo.
Para comprender cómo los robots sociales podrían afectar la enseñanza, la estudiante de posgrado Raisa Gray y yo introdujimos un robot humanoide de 4 pies de altura llamado "Pepper" en una escuela primaria y secundaria pública en los EE. UU.
Nuestra investigación reveló muchos problemas con la generación actual de robots sociales, lo que hace poco probable que los robots sociales estén a cargo de las aulas en el corto plazo.
No estoy listo para el horario de máxima audiencia
Gran parte de la investigación sobre robots sociales en las escuelas se realiza de forma muy restringida.
A los niños y a los robots sociales no se les permite interactuar libremente entre sí sin la ayuda o intervención de los investigadores. Sólo unos pocos estudios han utilizado robots sociales en aulas de la vida real.
Además, los investigadores en robótica suelen utilizar técnicas del “Mago de Oz” en el aula. Esto significa que una persona maneja el robot de forma remota, dando la impresión de que el robot realmente puede hablar con los humanos.
Habilidades sociales limitadas
Los robots necesitan silencio. Cualquier tipo de ruido de fondo (campanas de cambio de clase, anuncios por altavoz u otras conversaciones) puede alterar la capacidad del robot para seguir una conversación.
Este es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la integración de los robots en las escuelas.
Es extremadamente difícil para los programadores crear sistemas de software y hardware que puedan lograr lo que los humanos hacen inconscientemente.
Por ejemplo, la generación actual de robots sociales no puede interactuar con un grupo pequeño y, por ejemplo, rastrear las expresiones faciales de varias personas.
Si una persona está hablando con otras dos personas sobre su equipo de fútbol favorito y uno de los oyentes frunce el ceño o pone los ojos en blanco, es probable que un humano se dé cuenta de eso.
Un robot no lo hará. Además, a menos que se utilice un código de barras u otro dispositivo de identificación, los robots sociales actuales no pueden reconocer a las personas. Esto hace que sea muy poco probable que tengan interacciones sociales realistas.
El software de reconocimiento facial es difícil de usar en una sala llena de personas en movimiento y también plantea serias cuestiones éticas sobre cómo mantener segura la información personal de los estudiantes.
El diálogo está preprogramado.
Para que el robot funcionara, nuestros estudiantes tuvieron que dominar los tutoriales que venían con el robot. Algunos estudiantes rápidamente descubrieron que el robot sólo podía responder a ciertas rutinas básicas.
Por ejemplo, Pepper podría responder a "¿Cuántos años tienes?" pero no "¿Qué edad tienes?" Otros estudiantes siguieron intentando interactuar con el robot como si fuera una persona y se frustraron mucho con sus respuestas no humanas.
Cuando un robot no responde una pregunta o responde de manera incorrecta, los estudiantes se dan cuenta de que el robot realmente no los comprende y que el diálogo del robot está preprogramado. El robot realmente no puede entender el contexto social.
En nuestro estudio, los estudiantes aprendieron a adaptarse al robot. Un grupo de niñas se paraba alrededor del robot mientras una seguía acariciando su cabeza.
Esto hizo que el robot hiciera su rutina "Me siento como un gato" o "Hoy tengo cosquillas". Esto pareció deleitar a las chicas. Parecían contentos de que una persona interactuara con el robot mientras otros miraban.
No puede moverse por el aula con facilidad
Los estudiantes que han visto videos en YouTube de perros robóticos que corren y saltan pueden sentirse decepcionados al darse cuenta de que la mayoría de los robots sociales no pueden moverse por el aula con facilidad.
Los profesores de nuestro estudio estaban decepcionados de que Pepper no pudiera traerles café.
Estos problemas no se limitan a los entornos escolares. Se han programado robots de servicio en algunos centros de salud para administrar medicamentos, pero esto requiere sensores y programación especiales.
Y mientras las tiendas y restaurantes están experimentando con robots de entrega y limpieza, cuando una tienda de comestibles en Escocia intentó utilizar Pepper para las interacciones con los clientes, el robot fue despedido después de una semana.
¿Qué pueden enseñar los robots sociales a los niños?
Si bien los robots sociales que se utilizan actualmente en las escuelas son quisquillosos y tienen funciones limitadas, aún pueden proporcionar experiencias de aprendizaje útiles.
Los estudiantes pueden utilizarlos para aprender más sobre robótica, inteligencia artificial y la complejidad del comportamiento humano real.
Como escribió un investigador: "Los robots actúan como un puente que permite a los estudiantes comprender a los humanos".
Luchar con las limitaciones de un robot brinda a los estudiantes una visión real de la complicada naturaleza de la interacción social humana.
La oportunidad de trabajar de forma práctica con un robot social muestra a los estudiantes lo difícil que es programar robots para imitar el comportamiento humano.
Los robots sociales también pueden brindar a los estudiantes importantes oportunidades de aprendizaje sobre inteligencia artificial. En Japón, Pepper se utiliza para presentar a los estudiantes la IA generativa.
Los estudiantes pueden vincular ChatGPT con la presencia física de Pepper para ver cuánto mejora la IA la comunicación de Pepper y si eso la hace más realista.
A medida que la IA se convierte en una parte más importante de nuestro trabajo y nuestras vidas, los educadores deben preparar a los estudiantes para pensar críticamente sobre lo que significa vivir y trabajar con máquinas sociales.
Y con la guía y supervisión de un maestro humano real, los estudiantes pueden explorar por qué queremos hablar con los robots como si fueran personas.
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Nota del editor: este artículo fue escrito por Gerald K. LeTendre, profesor de administración educativa, Penn State, y republicado desde The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.